sábado, 9 de mayo de 2015

El artista


Guitarra  Miguel para Amarneciendo

En los primeros años de su carrera artística, Miguel Ángel Andés se dedicó, principalmente, al cine y al teatro. Fue miembro de Los Goliardos, grupo alternativo, fundado en 1964 por Ángel Facio, por donde también pasaron decenas de profesionales, tales como Esperanza Abad, Miguel Alcobendas, Miguel Arribas, Ninón Dávalos, la cantautora Ana María Drack, el crítico Ángel Fernández Santos, el cineasta José Luis García Sánchez, María Jesús Leza, Carmen Maura y un largo etcétera. Antes de su primera disolución, el grupo sufrió una escisión que marcaría la vida del artista para siempre. El menos conocido Grupo Prado, o también llamado Mastabas, marcaría su carrera posterior y le llevarían a su ser más conocido, como poeta y pintor.

 
Su obra literaria

Tras su muerte, la mayor parte de su obra lírica fue publicada en un libro titulado Libros de poemas de Miguel Ángel Andés: Amarneciendo, Paradero, Abismaluz, Olandés. Grupo Prado de Poesía. Libro tercero. En este volumen se recogen la mayor parte de los poemas que escribió desde su juventud hasta 1978.

Libro tercero para Amarneciendo
Portada antología.

Abismaluz (IX)

anochezco célula errante
cerebro abandonado de tu amor 
mi efímera obstinación terrenal 
amarneciendo habernos sido



Su producción plástica


Sus primeros trabajos de finales de los sesenta muestran  un incipiente dibujante influenciado por diferentes corrientes y autores de su época y anteriores. Su obra sobre cuadernos de dibujo muestra a un artista obsesionado por la expresión lírica a través de las imágenes.

A principio de los años setenta, comienza a pintar con óleos y acrílicos en táblex de diversos tamaños. Este soporte de madera conglomerada fue en el que realizó casi toda su obra pictórica de aquella su década más fructífera. Llegó a ser considerado uno de los pintores más prolíficos del Madrid de aquellos años.

Los símbolos son los elementos principales de su obra gráfica, en la cual se pueden distinguir varias series muy distintas entre sí: senos, peces, cabezas, paisajes, cósmicos, durante hembra...

Dibujos

Posiblemente sus dibujos son lo mejor de su obra gráfica. El bolígrafo es su herramienta principal. Aparte del papel (hojas, servilletas, cartulina...) y de sus libretas o diarios de campo, Miguel Ángel Andés también dibujó en otros cuadernos de dibujo más convencionales. En formato apaisado y con hojas blancas unidas por espiral, llegó a completar decenas de ellos, entre los que destacan varios creados en Suecia durante el verano de 1975.


Gotemburgo 75 para Amarneciendo


Cuadernos de campo


Entre 1981 y 1993, completó ochenta y cuatro cuadernos de campo, que él mismo denominó Diarios de un pintor que escribe. Estos cuadernos de formato tradicional con hojas cuadriculadas unidas mediante espiral se conservan íntegramente y están siendo objeto de análisis y restauración, pues en ellos aparecen otros muchos poemas y escritos inéditos. En ellos también destaca la serie titulada Muchachas. Los más de dos mil dibujos y bocetos de bustos de mujeres jóvenes, con peinados y tocados distintos, se alternan con páginas dedicadas a otro tipo de dibujos, pensamientos y anotaciones de diversa índole.
 
cuaderno nº1 para Amarneciendo
 
Cajas de cerillas y otros soportes no convencionales

Tanto en su primera época como en la última, Miguel Ángel Andés alternó las tablas con otros soportes no convencionales: puertas de armario, maderas y otros objetos encontrados. Las cajas de cerillas son su obra más peculiar y original. A finales de los setenta la Fosforera Española emitió una serie de cajas con imágenes de cerámicas italianas, alemanas y orientales, figuras que él mismo adornó con sus habituales motivos prolongando su dibujo en la parte interior de la caja, la cual al abrirse mostraba un nuevo cuerpo “de gran belleza y curiosidad”, en palabras de un crítico de la época.


Cerillas para Amarneciendo

El laboratorio de poesía (sus casetes)

Los casetes y su magnetófono fueron el centro de su creatividad en sus últimos años. Amigos y familiares tuvimos la suerte de pasar algunos ratos con el artista en veladas llenas de conversaciones sobre temas artísticos y donde se alternaba la música y la lectura de poemas propios con otros de autores consagrados. Las cintas resultantes de aquellas veladas nos muestran al Miguel Ángel más maduro y tierno y conforman lo que él mismo llamó su Laboratorio de Poesía. La última de estas cintas, dedicada a su amigo Pepe Utrera, pianista en las conocidas Cuevas de Sésamo, la terminó de editar tan solo unos meses antes de morir.

Diario de poesía para Amarneciendo
22 junio 1993 para Amarneciendo



Contacto: amarneciendo@gmail.com

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