sábado, 23 de agosto de 2014

Los cuadros


armario caras para Amarneciendo


Esta foto me trae recuerdos de los días, poco tiempo después de la muerte de Miguel Ángel, en que mi hermano Juan y yo estuvimos intentando clasificar toda la obra que quedó en casa de de mi abuela, o lo que es lo mismo:  en el estudio de la calle Caravaca, número 6, aquel piso-ático, donde mi tío, mi madre y sus hermanos crecieron, y donde Miguel volvió a vivir en el año 1980. Serían las vacaciones de Semana Santa del año 97 cuando Juan y yo empezamos dibujando en un cuaderno bocetos de todos los cuadros que había almacenados en la que fue la habitación-estudio de Miguel. Pero el mejor espacio de aquella casa era su terraza, un espacio amplio, de unos treinta metros cuadrados, desde el que se divisaban la mayor parte de los tejados del barrio de Lavapiés y muchos de los campanarios de las iglesias del sur de Madrid. Recuerdo a Miguel pintando en ella durante alguna de mis visitas a mi abuela. Fue en esa terraza donde estuvimos sacando sus cuadros y demás obras en soporte duro para su clasificación. Les quitábamos el polvo, los medíamos y anotábamos en un cuaderno lo que Miguel había escrito detrás de muchos de ellos. Terminábamos marcándolos también en la parte de atrás con un número con rotulador.
He encontrado ese cuaderno y he visto que al llegar al registro 138 decidimos prescindir de dibujar bocetos y seguimos anotando solo las medidas y algún que otro dato y descripción de cada obra,  incluyendo en muchos casos un título inventado por nosotros mismos. Creo recordar que seguimos haciendo fotos con una de aquellas primeras cámaras digitales, que empezaban a aparecer por aquel entonces a precios asequibles y que eran capaces de almacenar en su memoria no más de cincuenta imágenes con una resolución tan baja que ahora da risa al compararlas con la cámara de cualquier móvil. La foto de arriba fue tomada en aquella terraza y con esa cámara de 1,3 megapixels y 50 Mb de memoria, un aparato que todavía conservo. Esta otra foto corresponde a una página de ese cuaderno, donde se puede apreciar "el arte" de mi hermano boceteando los cuadros de nuestro tío.



Al hojear este cuaderno donde se alterna mi caligrafía, con la de mi hermano (y la de alguna persona más!?), me sorprende encontrar muchas referencias del propio Miguel sobre la clasificación de su propia obra. Yo conocía el nombre de algunas de las series que él mismo adjudicó a muchos de sus cuadros. "Serie cósmicos" y "Serie durante geometría" eran dos que recordaba y conocía, pues algunos de los cuadros de Miguel Ángel, de los años 74 y 75,  que cuelgan de las paredes de mi casa, pertenecen a estas dos series. Lo que no recordaba era que había más series y que cada una de ellas correspondía a una etapa concreta de su carrera pictórica. También he descubierto que en muchos de sus cuadros no aparece referencia alguna, ni siquiera su firma.

Los primeros cuadros que anotamos en este cuaderno  corresponden a aquella primera serie de óleos (o acrílicos) sobre táblex de unos 60x90 cm. de los que Miguel celosamente guardaba más de treinta en su habitación y que fueron los primeros cuadros que nos enseñó a Maite y a mí aquella tarde de la que ya he hablado en un post anterior.  Después aparecen una serie larga de cuadros etiquetados por el mismo artista con su firma delante y la anotación trasera de "Andés 75 Estudio C/ Real 8". Podemos afirmar que este año fue el más prolífico de su carrera. Hablaremos más adelante de este primer estudio-buhardilla de la calle Real con información que nos ha transmitido Guillermo. Después, aparecen cuadros con la firma "Andés 1976 Estudio Olivar"  y la anotación "serie cósmicos". A partir del año 78 aparece la "serie Andesianos"  y reaparece la "serie durante hembra" de la que ya había pintado cuadros en 1974. Luego, el número de cuadros empieza a disminuir a partir del año 1980, año en el cual ya hemos contado que fue el de su salida del piso de la calle Olivar. En estos aparece ya la anotación "estudio Caravaca", pero lo más llamativo es el cambio de estilo, de técnica, de motivos (surgen sus cabezas) y de soportes.

A partir del año 84 son más los cuadros pintados en contrachapados, tablas de conglomerado, puertas de armarios y en otros muchos soportes grandes y pequeños de los que la foto que introduce este post es una clara muestra. Esas seis caras supusieron un problema técnico importante en el desalojo del piso de Caravaca, pues estaban pintadas en la parte de atrás de un armario enorme, que al final terminamos por desmontar. Las seis cabezas (35x70 cada una) quedaron separadas unas de otras y enmarcadas para la exposición del 98. Sorprende en ellas la impresión de no estar acabadas, posiblemente por falta de pintura suficiente, algo que debió de ser una de los motivos del bajón productivo de sus últimos años. A pesar de esto, hay alguna obras de los años 90 realmente impactantes como este díptico (por llamarlo de algún modo) que se conserva en casa de mi hermano Javi.




Para terminar este post, he de aclarar que la mayor parte de los más de cuatrocientos cuadros que sacamos de la calle Caravaca se encuentran custodiados por mi tío Carlos, el menor de los siete hermanos, y que muchos otros están colgados en las paredes de familiares y amigos.  Tras reencontrarme con este cuaderno quiero imaginar que habrá muchos otros cuadros cuya ubicación desconocemos, pero lo que está claro es que la tarea de fotografiar y clasificar esta parte de la obra de Miguel está pendiente de terminar, al igual que los cientos de dibujos sobre cuadernos, cartulinas, hojas sueltas, etc., de los que también conservamos una parte significativa.

Como veis, nos queda mucho que contar y enseñar en el futuro. Seguirá siendo un enorme placer.



Contacto: amarneciendo@gmail.com

1 comentario:

  1. Muy buen post, pero como historiadora del arte y amiga, creo que ha llegado el momento de hacer un catalogo y biografía científica de la obra de Andes, pues es el único modo de recopilar toda la información y sacarla a la luz para una exposición en el circuito del arte y darle el valor que merece a esta obra semi inedita para el gran publico. Cuenta con mi colaboración si en algún momento te decides, pues el legado para que sea preservado en condiciones y revalorizados no solo emocionalmente sino dentro del orbe del arte contemporáneo de este país, tiene por fuerza que pasar por una galería de renombre la Malborough o similar en caso de venta que creo que no es el caso, o buscar la atención de una gran sala de exposiciones que lo incluyan en la programación, pues esta obras tienen vida propia y merecen su mayoría de edad. Pero su mejor CV para empezar a andar es una biografía y un catalogo razonado científico. Piénsenlo, medítenlo y no cuentan. besos e+a=2.

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